jueves, 14 de noviembre de 2013

Riesgos de la diabetes en el embarazo


Riesgos de la diabetes en el embarazo

Diabetes en el embarazo aumenta el riesgo de obesidad en los niños


El exceso de glucosa en el organismo de la madre, situación característica de la diabetes gestacional, afecta al feto durante su maduración y crecimiento dentro del útero. Los hijos de mujeres con niveles elevados de azúcar durante la gestación son dos veces más propensos que otros niños a convertirse en obesos durante la infancia.

El azúcar en el embarazo


La relación entre diabetes en el embarazo y obesidad infantil es directamente proporcional: cuanto más elevada es la concentración de glucosa en sangre durante la gestación, mayor es el riesgo de obesidad tras el nacimiento. Si la cantidad de azúcar es muy alta, las posibilidades de que el niño tenga sobrepeso entre los cinco y siete años aumentan un 89 por ciento y las de que sea obeso un 82 por ciento.
La diabetes gestacional es una enfermedad común en el embarazo, que aparece sólo durante la gestación y, en la mayor parte de los casos, desaparece después del parto. El incremento de la glucosa circulante provoca el crecimiento excesivo del feto, lo que se conoce como macrosomía, que, además de ser un factor de riesgo para el desarrollo posterior de sobrepeso, está relacionado con numerosos problemas obstétricos.
Sin embargo, la asociación entre la aparición de obesidad infantil y la diabetes materna no guarda relación con el peso del bebé al nacer. El sobrepeso a los cinco o siete años, el denominado periodo de "rebote de la grasa", predice la obesidad en la edad adulta. 
Pero no todo son malas noticias, ya que el análisis de los resultados obtenidos de 9.439 parejas madre-hijo reveló que, cuando el exceso de glucosa se trata, a través de diferentes intervenciones como dieta, ejercicio o insulina, el riesgo no aumenta, es similar al de los hijos de madres "sanas".

Controla la hiperglucemia en el embarazo


El riesgo de obesidad infantil provocado por la diabetes gestacional es potencialmente reversible, si se trata adecuadamente. La obesidad de las madres las predispone a la aparición de diabetes y ésta aumenta el riesgo de que sus hijos sean igualmente obesos. La hiperglucemia durante la gestación está claramente implicada en la epidemia de obesidad infantil que afecta a los países desarrollados.
Para prevenir estas consecuencias, es muy importante que las embarazadas se sometan a pruebas de glucemia para detectar la enfermedad, que busquen ayuda médica para tratarla y que cumplan con los tratamientos.

martes, 12 de noviembre de 2013

Problemas de aprendizaje

Problemas de aprendizaje

Cómo identificar los problemas de aprendizaje



Los problemas de aprendizaje afectan a 1 de cada 10 niños en edad escolar. Estos problemas pueden ser detectados en los niños a partir de los 5 años de edad y constituyen una gran preocupación para muchos padres, ya que afectan al rendimiento escolar y a las relaciones interpersonales de sus hijos. Un niño con problemas de aprendizaje suele tener un nivel normal de inteligencia, de agudeza visual y auditiva. Es un niño que se esfuerza en seguir las instrucciones, en concentrarse y portarse bien en su casa y en la escuela. Su dificultad está en captar, procesar y dominar las tareas e informaciones, y luego en desarrollarlas posteriormente. El niño con ese problema simplemente no puede hacer lo mismo que los demás, aunque su nivel de inteligencia sea el mismo.





Cómo detectar problemas de aprendizaje en los niños


El niño con problemas de aprendizaje específicos presenta patrones poco usuales, a la hora de percibir las cosas en el ambiente externo. Sus patrones neurológicos son distintos a los de otros niños de su misma edad. Sin embargo, tienen en común algún tipo de fracaso en la escuela o en su comunidad.
Cuando un niño tiene problemas para procesar la información que recibe, le delata su comportamiento. Los padres deben estar atentos y observar las señales más frecuentes que indican la presencia de un problema de aprendizaje:

  •  Dificultad para entender y seguir tareas e instrucciones.
  •  Problemas para recordar lo que alguien le acaba de decir.
  •  Dificultad para dominar las destrezas básicas de lectura, deletreo, escritura y/o matemática, por lo que fracasa en el trabajo escolar.
  •  Dificultad para distinguir entre la derecha y la izquierda, para identificar las palabras, etcétera. Puede presentar tendencia a escribir las letras, las palabras o los números al revés.
  •  Falta de coordinación al caminar, hacer deporte o llevar a cabo actividades sencillas como sujetar un lápiz o atarse el cordón del zapato.
  •   Facilidad para perder o extraviar su material escolar, libros y otros artículos.
  •   Dificultad para entender el concepto de tiempoconfundiendo el "ayer", con el "hoy" y/o "mañana".
  •   Tendencia a la irritación o a manifestar excitación con facilidad.


Características de los problemas de aprendizaje


Los niños que tienen problemas del aprendizaje con frecuencia presentan, según la lista obtenida de When Learning is a Problem/LDA(Learning Disabilities Association of America), características y/o deficiencias en:

Lectura (visión). El niño se acerca mucho al libro; dice palabras en voz alta; señala, sustituye, omite e invierte las palabras; ve doble, salta y lee la misma línea dos veces; no lee con fluidez; tiene poca comprensión en la lectura oral; omite consonantes finales en lectura oral; pestañea en exceso; se pone bizco al leer; tiende a frotarse los ojosy quejarse de que le pican; presenta problemas de limitación visual, deletreo pobre, entre otras.

Escritura. Invierte y varía el alto de las letras; no deja espacio entre palabras y no escribe encima de las líneas; coge el lápiz con torpeza y no tiene definido si es diestro o zurdo; mueve y coloca el papel de manera incorrecta; trata de escribir con el dedo; tiene un pensamiento poco organizado y una postura pobre.

Auditivo y verbal. El niño presenta apatía, resfriado, alergia y/o asma con frecuencia; pronuncia mal las palabras; respira por la boca; se queja de problemas del oído; se siente mareado; se queda en blanco cuando se le habla; habla alto; depende de otros visualmente y observa al maestro de cerca; no puede seguir más de una instrucción a la vez; pone la tele y la radio con volumen muy alto.

Matemáticas. El alumno invierte los números; tiene dificultad para saber la hora; pobre comprensión y memoria de los números; no responde a datos matemáticos.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Alimentación escolar


Alimentación escolar


La edad escolar es un tiempo en que los padres pueden experimentar algunos problemas con respecto a la alimentación de sus hijos.

Los niños pasarán más tiempo fuera del hogar, y la provisión y supervisión de los alimentos que reciben en esas horas se hará más difícil. Por otra parte, los requerimientos nutricionales del niño variarán de la mano del incremento de las actividades no sólo físicas, sino también intelectuales que propone la nueva etapa escolar.

Muchos problemas de aprendizaje o aparentes dificultades propias de los síndromes de falta de atención pueden provenir, en realidad, de dietas inadecuadas. A la vez, muchos de los desórdenes alimentarios como la bulimia y la anorexia tienen su origen en esta etapa de la vida.

Niños mal alimentados estarán en peores condiciones para afrontar no sólo la actividad escolar, sino otras muchas que los padres intentan agregar para su mejor formación física e intelectual. Entre ellas se cuentan los variados deportes, actividades artísticas como música, danza, plástica, etc., estudio de idiomas, informática, etc. Todas ellas dependen para su éxito de un buen aporte alimenticio.

Para asegurarse de que el niño esté bien alimentado no es necesario ser un experto nutricionista. Sólo se requiere poner a su disposición una dieta variada y generar en él buenos hábitos alimenticios. Para ello, el hacer de la alimentación una costumbre familiar gratificante es la mejor receta.

Sin embargo, la consulta periódica con el pediatra es necesaria, previene posibles problemas en ésta y otras áreas, y trae tranquilidad a los padres.

El Desayuno

Una buena alimentación comienza con la primera comida del día. La importancia del desayuno radica en que es la primera ingesta luego de que el organismo ha estado varias horas sin alimento. La noche es, por lo general, el periodo de ayuno más largo del día, sobre todo para los niños, ya que estos duermen más horas que los adultos. Por ello, la importancia del desayuno no debe verse empañada por apuros ni por excusas.

Lo ideal es hacer de la hora del desayuno un momento compartido de intimidad familiar, en especial para aquellas familias que no pueden reunirse en el almuerzo. El compartir el desayuno no sólo garantiza que el niño hará una buena ingesta, que lo prepara para una jornada de intensa actividad, sino que crea en él un hábito que lo acompañará toda la vida.

En el caso del niño que va al colegio de mañana, hay que asegurarse de que se levante con el tiempo suficiente para desayunar. El tiempo que pasará hasta la siguiente comida importante, el almuerzo, será de varias horas. Esas horas serán muy intensas, a pesar de que pasará la mayor parte del tiempo sentado. La actividad física no es la única que require energías. La actividad mental también necesita un buen aporte.

Para los niños que asisten a la escuela por la tarde, el problema es generalmente otro. Se levantan demasiado tarde, y la mañana no alcanza para distribuir dos comidas importantes: desayuno y almuerzo. Por lo tanto, muchos padres tienden a eliminar uno de los dos, transformándolo en una colación liviana.

Lo ideal es, en realidad, regular mejor el ritmo del sueño y dar lugar a ambas comidas.

Comida sana vs. comida chatarra




Otro de los problemas con los que deberán enfrentarse los padres es el de los llamados "alimentos chatarra". Los niños tienen una especial predilección por ellos, ya que están sustentados por una enorme carga publicitaria, y están presentados de una manera que llaman su atención. Si usáramos las mismas técnicas para imponer los alimentos adecuados, la historia tendría un final diferente.

Entre los alimentos que denominamos chatarra se encuentran las golosinas, las gaseosas y la comida rápida, rica en hidratos de carbono y grasas. Esto no quiere decir que estos elementos deban estar vedados para los niños, lo cual causaría el efecto contrario de cualquier prohibición. Lo que se sugiere es que puedan ser tomados en ocasiones especiales y no en forma diaria.

Para muchos padres es más fácil dar a sus hijos dinero para que compren su merienda en la escuela, que preocuparse de prepararla y guardarla diariamente en sus mochilas.

Lo ideal es que el niño coma una variedad y cantidad de alimentos para crecer saludable y responder a las responsabilidades que le impone la edad escolar. Para ello necesita una adecuada proporción de proteínas, hidratos de carbono, lípidos, hierro, calcio, vitaminas, etc. Estos elementos se encuentran en la variedad de alimentos que nos ofrece la naturaleza: leche y sus derivados, carnes rojas, pollo y pescado, verduras frescas y cocidas, frutas, cereales, legumbres, etc.

Por último, será necesario combinar los gustos propios de cada niño con la habilidad de quien prepara los alimentos, de manera que él pueda recibir con placer aún aquellos alimentos que no son de su preferencia.